lunes, 4 de octubre de 2010

El Abandono y sus huellas. Una perspectiva Psicoanalítica

“Ciertamente el deseo jamás se satisface con el goce del objeto deseado; semejante al fuego en que se esparce mantequilla clarificada, solo se enciende mas vivamente”.  Leyes de Manu.

        
Esta semana se intentará desarrollar el tema del abandono (y sus huellas). El abandono es un tema complejo ya que remite a estados de desarrollo en la infancia, y de forma específica  al desarrollo de la psiqué, de la estructura mental, de la cual deviene la personalidad y por lo tanto la conducta. El tema se llevará a lo largo de la semana aunque si requiere más tiempo se podrá extender. Es importante considerar que en algunos momentos utilizarán términos especializados por lo tanto no duden en preguntar, o en referirse a las fuentes sugeridas. Para aquellos que tengan entendimiento del psicoanálisis les será hasta cierto punto comprensible un término pero deberán analizarlo a profundidad.
El abandono ¿Existe? Y si existe ¿será en lo físico o en lo emocional? Se puede hacr referencia a la ausencia de alguien en nuestra vida (carencia) o a que ese alguien no estuvo suficiente tiempo o que estuvo a veces y otras no (intermitente). También se puede decir que la persona estuvo presente físicamente pero no emocionalmente o que de alguna manera esa persona se percibía como maléfica o benéfica. Etc.  Hay mil variantes, por esto la dificultad del tema. Iremos en orden, la existencia del abandono y la relación con las huellas, habrá que entender como abandono el que físicamente y emocionalmente una persona significativa (generalmente el padre o la madre)  para nuestra vida, crianza y desarrollo estuvo y después no estuvo, si fuera de otra forma no sería abandono; alguien que no está desde siempre no abandona, pero tampoco acompaña jamás. Por lo tanto no existe registro en la memoria. Por otro lado la “huella” se debe entender como el recuerdo, pero como la huella, este recuerdo tiene forma, tamaño dimensión y profundidad. Lo que podemos traducir en emociones y sensaciones asociadas al recuerdo, eso es la huella, la marca o la insignia que se porta es decir “soy el abandonado” y precisamente aquí aparecerá la otra parte, el abandonado, aunque la postura de abandonado remite a la postura de víctima y la del abandonador al de victimario (maléfico) podemos notar que podría existir una intención por una parte(el que abandona) y una consecuencia para la otra(el abandonado), esto nos lleva a una frase mas propia para el análisis “el abandonador y sus consecuencias”. Hasta aquí esta introducción, en los siguientes días se desarrollará el tema, esperamos sus comentarios.

3 comentarios:

  1. Buenas noches y gracias por abrir este foro.

    Escribo desde Colombia. Soy una periodista de 32 años, hace un año medio voy dos veces por semana a psicoálisis y, aunque el abandono ha aparecido de manera intermitente a lo largo de mi terapia, solo hace unas dos o tres sesiones se ha hecho manifiesto de manera contudente (estalló, como diríamos acá en Colombia), generando (o reviviendo) una pequeña depresión que he cargado durante mucho tiempo.

    La pregunta que me llevó a buscar "abandono + psicoanálisis" en el buscador de Google y que me trajo a este foro es si es posible curar la depresión a través del psicoanálisis; y, de ser así, cómo se logra y por qué es una terapia efectiva? Y después de leer esta entrada me llamó la atención lo que se dice sobre la "huella", el "recuerdo", y la forma cómo el abandono marca nuestras vivencias presentes y las formas cómo nos relacionamos con los otros.

    Este abandono (o depresión causada por el abandono) está afectando por primera vez mi vida laboral. Inicié un nuevo trabajo hace tres meses y todo ha salido mal: siento que he tenido poca orientación y que mis jefas no me han dado el acompañamiento necesario durante el período de adaptación.

    Durante las terapias ha salido a relucir mi niña interior (una niña, que, por cierto, tiene mucho miedo, mucha rabia, es rebelde e incluso siente un poco de odio). La misma niña que - seamos honestos - ha salido a relucir en este nuevo trabajo, ahora con la forma y facciones de la mujer de 32 años que soy.

    También ha salido a relucir una sensación de impotencia, insuficiencia y de que soy la víctima (y aquí debo aclarar que hasta ahora he tenido una vida laboral relativamente exitosa que yo misma he contruído a pulso y con paciencia). Sin embargo, en las múltiples reuniones que he tenido con mis jefas para discutir mi desempeño laboral, la victimaria termino siendo yo: desde su punto de vista, soy autoritaria con mis subordinados y autosuficiente frente a mis compañeros (y aquí debo aclarar que siempre me he considerado una "jugadora de equipo" y que en mis anteriores trabajos mis compañeros me han visto como el elemento distensionador).

    Me gustaría entender un poco más sobre la relación víctima y víctimario, abandonado y abandonador, y las oportunidades de crecimiento psicólogico que me está brindando este reto tanto en mi vida laboral como en esta etapa de mi terapia.

    Les dejo pues mi caso. Espero poder comprender un poco más sobre el psicoanálisis de su mano.


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    1. Gracias "La Mona" por compartir esta experiencia por la que estas pasando, es muy interesante lo que compartes aquí.

      Lo que intentaré para responderte es hacer un análisis del caso que compartes, al mismo tiempo proporcionaré información sobre los procesos del desarrollo psíquico en general, de esta manera podré explicar algunos fenómenos que refieres, algunas emociones y algunas conductas que experimentas. Es importante aclarar que este ejercicio es de opinión, no es un diagnostico ni una interpretación como la que podrías tener en tu psicoanálisis. Por otro lado ¿el psicoanálisis es una psicoterapia efectiva?, puedes leer un artículo publicado en nuestro Blog sobre “La efectividad de la psicoterapia” publicado el 26 de Octubre del 2010.

      El impacto de las experiencias de abandono en la vida adulta tiene origen en los primeros meses de vida, cuando damos cuenta de que la fuente de alimento, calor y placer que es nuestra madre se aleja, nos deja por momentos, “abandona”
      Cuando la madre o quien hace las veces de madre no se encuentra a nuestra disposición se activan mecanismos de supervivencia, como el llanto y la inquietud del cuerpo; estos mecanismos se activan de forma innata ante el “abandono”, se desata un caudal de energía de vida, energía libidinal que se transforma al mundo en forma de pedir, demandar la fuente de la supervivencia.

      Al regreso de la madre o de la fuente de la vida –de la cual dependemos necesariamente- toda la inquietud comienza a desaparecer. (“…apareció de forma intermitente, la experiencia del abandono”) Es intermitente ya que nuestra madre viene y va, aparece y desaparece, abandona pero regresa, es buena y mala también, por lo que este es un abandono “normal” no es un abandono real, es una ausencia necesaria. Si la ausencia se prolonga por mucho tiempo se puede llegar a experimentar como abandono parcial, o si la madre no ha llegado a saber cómo cuidar o querer al bebé también se puede llegar a experimentar este abandono parcial; un abandono total en la infancia resultará en la muerte del bebé. Es por esto que el “abandono” tiene un significado muy distinto en la psique. El abandono se puede dar después de que se han logrado obtener recursos físicos, psicológicos y sociales suficientes para convertirnos en sujetos, y se experimentará como una pérdida o un duelo, que puede ponernos tristes o llevarnos a la depresión clinica. En la infancia la ausencia o el “abandono parcial” ayuda a generar esperanza de vida, pero una vez que la esperanza se encuentra instaurada será muy difícil perderla.

      En esta etapa el lenguaje verbal comienza a establecerse, la experiencia del mundo no puede explicarse aún. Es por esta razón que no podemos explicarnos racionalmente este tipo de experiencia, solo podemos vivenciar la experiencia en tiempo real, en el presente. Somos emoción y demanda y en esa etapa comenzamos a repetir. Repetimos el llamado y repetimos la experiencia de placer y alivio a la llegada de la madre, y repetimos en la vida adulta actual, la diferencia consiste en que la repetición de la demanda se adecuada a las personas y al contexto.

      Sin embargo, el regreso de la madre a causa de nuestro llamado, el coraje, la frustración, la angustia y el “odio” se liberan del cuerpo, se hace catarsis, en forma de queja o de una venganza. Nos aferramos a su pecho, se succiona con fuerza, se trata de morder y arañar, por supuesto, esta descarga “de enojo, frustración, angustia y odio” es insignificante para el cuerpo de un adulto, y que bueno que sea así, por lo mismo el adulto puede permanecer con el bebé y calmarlo, alimentarlo y reconfortarlo y brindarle la experiencia del retorno de la madre, la esperanza de que algo bueno sucederá y que se podrá seguir en la vida a pesar de sentirnos muy mal. Esta experiencia, este aprendizaje podrá madurar y como lo mencionaba, repetirse de forma adecuada a la edad y el contexto.
      (Continua)..

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    2. Con esto también se puede decir que el bebe “abandonado parcialmente” es “victima”, pero es víctima de la naturaleza, ya que las cosas no pueden ser de otra forma si se espera la independencia en la vida.

      Esta experiencia de “abandono parcial” se aprende al mismo tiempo que se aprende a esperar y a postergar el regreso la madre que permite la vida; y esta esperanza se va a repetir infinitamente a lo largo de la vida en muchos aspectos (“…yo misma he construido a pulso y con paciencia –el éxito-“)

      En la edad adulta ese “estallido” estallido en llanto, en inquietud y demanda de sentirse nuevamente reconfortado y maternado no es más que el deseo de la repetición de una muy antigua experiencia en la vida, la experiencia del regreso de la madre o de quien nos permitió la sobrevivencia.

      Sentimientos de ira, odio, rebeldía, impotencia e insuficiencia, igualmente son la expresión antigua de la forma en que nos sentimos ante esos abandonos (son muchos en la vida y lo seguirán siendo)

      Por lo que una depresión puede confundirse posiblemente, por una re-experimentación de estas experiencias muy antiguas; experiencias que no tienen una explicación del todo racional en la vida adulta, pero que se repiten de forma inadecuada, en forma de culpar a alguien de nuestro desamparo, (“… no me sentí acompañada, por mis jefas”) en forma de sentir que la vida es difícil y de que es posible que eso que me permite sobrevivir como adulto algún día no esté y yo muera. Es por esto que se experimenta tristeza, ansiedad y angustia, porque hay incertidumbre de aquello que me provee.

      Recuerda que también tienes contigo la experiencia de ese regreso, la experiencia de que tú esfuerzo y paciencia logró rendir frutos en tu vida. Explora allí en donde encontraste el éxito, explora en la esperanza que posees, si necesitas explorar también lo que te atemorizo está bien, pero que el fin sea siempre para comprender lo que te llevo a ser la que puede y a ¡ser mujer!

      Recuerda que en la vida siempre habrá cambios, pero utilizar estrategias muy antiguas a situaciones actuales puede traer respuestas inadecuadas de las demás personas y de esta forma es muy fácil sentirse como víctima de las circunstancias. Por otro lado, el conocer cómo funcionamos ante los cambios te permitirá anticipar tus emociones y conductas e incluso utilizar estrategias para contrarrestar los efectos de estas respuestas primitivas.

      En conclusión, el psicoanálisis es una terapia efectiva para tratar la depresión psicológica, la explicación sobre el mecanismo del abandono permitirá reconocer de qué formas se repiten en la actualidad estos patrones, esas emocionales primitivas así como también podemos identificar a las personas que despiertan estas emociones anteriores en nosotros.
      Sé que este tema es extenso y que lo que te escribo aquí solo podrá contestar parcialmente a tus preguntas. Pero te invito a continuar preguntando que yo con gusto responderé lo más pronto posible, en caso de que yo no tenga una respuesta te recuerdo que cuentas con un grupo de expertos en diferentes enfoques psicoterapéuticos a los que también puedo consultar para responderte.
      Espero tu comentario a esta respuesta

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