miércoles, 22 de junio de 2011

Cuando el cuerpo se queja, ¿Quién lo escucha?


Durante el turno matutino en el centro de intervención en crisis, llegaba un auto al área de urgencias, una muchacha joven de unos 23 años ingresaba al hospital con un aparente (EVC) Evento Vascular Cerebral, la mujer mostraba los síntomas del EVC estaba inconsciente, sin rigidez y los familiares referían que comenzó a torcerse antes de caer desmayada. Después de una evaluación médica y neurológica, la paciente fue referida al área de psicología, la mujer no presentaba ningún daño en su cerebro ni en ningún otro de sus órganos, estaba sana, pero mostraba la sintomatología de un derrame cerebral o causa neurológica importante. 

Después de una hora la mujer despertó pero no podía hablar, lo cual también es una posible secuela de un EVC.  Al poco tiempo de haber comenzado mi evaluación psicológica la muchacha empezaba a hablar y a contar la situación previa al desmayo en la que refería una situación estresante desde hacía semanas, ella tenía buena memoria lo que es muy raro en un paciente con EVC, hablaba con fluidez y coherencia, movía ambos brazos y piernas, no había signos de rigidez en su rostro, esto también es muy raro. 

Un paciente de EVC normalmente tarda varios días en comenzar a recuperar movilidad y habla, incluso meses y después de que sus sistemas se han restablecido un tercio de ellos deben ir a rehabilitación, sin mencionar que otro tercio fallece en las primeras horas al EVC. Al final de la exploración psicológica determiné el siguiente diagnostico: Trastorno de conversión, con síntoma y déficit motores y de presentación mixta (desmayo -síncope- y convulsión) el tratamiento consistía en psicoterapia al menos por un periodo de 6 meses y evaluaciones médicas periódicas.


El trastorno de conversión es una condición psicológica rara en nuestra época, pertenece al grupo de los Trastornos somatomorfos los cuales también consideran los trastornos de somatización y Trastornos de dolor.

Este grupo de padecimientos psicológicos ha interesado a las personas durante muchos años. Hace mas de cien años el trastorno de conversión era conocido como histeria, el termino histeria proviene de los antiguos griegos hace mas de 2000 años. Aún hoy es válido utilizar el término histeria para diagnostico, en especial en los diagnósticos psicoanalíticos.

El caso de la paciente que relaté es poco común, y sugiere una condición neurológica.

Lo que es más común en la práctica psicológica y médica es la somatización; que es una manifestación física moderada como la colitis nerviosa, algún tipo de dermatitis, nausea, mareo, dolor en el pecho y entumecimientos. La lista de síntomas es larga y es por esto que el diagnostico medico debe complementarse con una evaluación psicológica que diferencie entre condiciones orgánicas, neurofisiologías y anatómicas de las condiciones psíquicas.

Los trastornos de conversión[1] sugieren la presencia de un déficit neurológico cuando existen pruebas de que este no existe. Un ejemplo seria un paciente que se queja de ceguera pero cuyas pupilas se contraen cuando la luz incide en ellas, o que parpadea con un rápido movimiento de los ojos. El termino conversión se refiere a la supuesta transformación de la ansiedad en un síntoma físico. Estos síntomas en ocasiones se denominan seudoneurológicos.

Es importante reconocer que estos pacientes no simulan padecer los síntomas que los aquejan, ni tampoco de manera consciente fingen estar enfermos. Estos pacientes con frecuencia piensan que padecen algo grave; esta creencia suele provocarles ansiedad extrema así como incapacidad.

Existen pacientes que simulan síntomas a este tipo de trastorno se le denomina Trastorno Facticio y de simulación. Es importante para el clínico diferencias de estas condiciones.

Algunos de los numerosos síntomas que se pueden presentar con trastorno de somatización:
Es importante que el médico tratante derive al paciente para una evaluación psicológica si encuentra en su exploración alguno de estos síntomas al igual que el psicoterapeuta debe derivar al paciente a una valoración médica.





[1] Morrison James. DSM-IV GUIA PARA EL DIAGNOSTICO CLÍNICO. Ed. Manual Moderno. México. 2008.