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En esta ocasión
se expondrán algunos aspectos sobre la conducta anormal en la infancia y
adolescencia. De forma específica se hablará del Trastorno Desafiante
Oposicionista, este padecimiento afecta a muchos jóvenes en la actualidad entre
un 12 y 16% según cifras del Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos
Mentales de la Asociación de Psicología de América.
Desde muy
pequeños, entre 2 y 3 años, los niños comienzan a mostrar conductas
perturbadoras como: berrinches y pataletas si no se cumplen y satisfacen sus
demandas, incluso las más simples. Con el paso del tiempo, el desarrollo del
niño y su autonomía los berrinches se convierten en peleas con los padres,
maestros y figuras de autoridad, además de conductas perturbadoras como escapar
de casa, salir sin permiso y llegar por la madrugada, consumo de alcohol y
drogas, incluso conductas sexuales riesgosas. Aunque no se consideran como
criterios de diagnostico el consumo de alcohol, drogas y conductas sexuales de
riesgo, estas conductas muchas veces se derivan de la desobediencia, del desafío
y de la libertad sin control que experimentan los jóvenes que padecen esta condición.
La
circunstancia ambiental y social actual en grandes ciudades provee de tecnología
e información compleja a los jóvenes, muchas veces esta información perturba y
confunde a los jóvenes ya que su grado de desarrollo cognitivo no se encuentra
en un punto optimo que les permita procesar adecuadamente mucha de esta información.
La información que actualmente reciben los jóvenes no es muy diferente de la
que reciben los adultos, contenido violento, sexual explicito, además de
conductas perversas, pueden ser percibidos por los jóvenes como “cosa normal”. Al
mismo tiempo la idea que se pueden hacer sobre conseguir casi cualquier cosa
que deseen de inmediato y satisfacer sus necesidades, como teléfonos celulares,
smartphones, computadoras, tablets. Que ya es muy frecuente observar a niños
pequeños con alguno de estos dispositivos, que conectados a internet facilitan
el acceso a dicha información. Las redes sociales son otro factor de
importancia cuando el uso que se da de estas es inadecuado, muchos proveedores
de servicios de redes sociales advierten que se requiere forzosamente la mayoría
de edad para el registro; sin embargo, muchos niños y adolecentes poseen alguna
cuenta en algún tipo de red social, en donde interactúan con información inadecuada
para ellos.
Con respecto
a la familia, los niños y jóvenes que padecen este trastorno, refieren
problemas, como el divorcio de los padres, psicopatología en alguno de los
padres, problemas que generan altos niveles de ansiedad y angustia en los
menores, como familias en que alguno de los padres presenta una adicción,
problemas legales etc.
Se ha
investigado sobre causas que ocasionen
este trastorno como condiciones genéticas o hereditarias, los resultados de los
estudios han revelado que existen deficiencias en procesos bioquímicos, principalmente
del proceso de la Dopamina, aunque los estudios aún no son concluyentes se ha avanzado;
por ejemplo el efecto del Cortisol en los fetos durante la gestación y los
niveles de estrés que derivan en TDAH Trastorno de déficit de atención e
hiperactividad, también en trastorno de la conducta disocial. (En el artículo anterior se puede seguir el
enlace a la entrevista de radio sobre el tema del cortisol y sus efectos
durante el embarazo).
El Trastorno
Desafiante Oposicionista tiene como característica principal una conducta
negativa, hostil y desafiante que genera problemas familiares o escolares
significativos. Este trastorno es mucho más extremo que la rebeldía común en la
niñez o la adolescencia, y es más que una “etapa”.
Los niños y jóvenes
tienen problemas importantes para controlar sus impulsos y necesitan de gratificación
instantánea a sus demandas.
De forma más
clara estos jóvenes pierden reiterada y fácilmente los limites, discuten, se
niegan a hacer lo que se les pide y molestan a propósito a otras personas, son susceptibles,
resentidos, beligerantes, rencorosos y con pretensiones de superioridad moral. En
lugar de verse como la causa de sus problemas culpan a los demás o insisten que
son víctimas de las circunstancias. Pierden el respeto por sus maestros y
compañeros, es frecuente que la oposición sea más marcada con los padres que
con extraños.
Es importante
considerar que estos jóvenes se sientan deprimidos, incompetentes y rechazados
por su misma conducta, lo que genera sentimientos profundos de tristeza y que
pueden derivar en un trastorno depresivo.
En casos en
donde el joven se encuentra deprimido pueden existir pensamientos suicidas
incluso llegar a cometer algún acto suicida, muchas veces el intento suicida
funciona como chantaje para lograr lo que desean.
Cuando existen
conductas como escapar de casa, quedarse hasta tarde por las noches fuera de
casa, faltar a la escuela sin permiso antes de los 13 años de edad, estas
conductas pueden indicar un grado mucho más severo del trastorno y una alta
probabilidad de derivar en un trastorno sicopático en la adultez.
Los jóvenes y
niños que presentan esta situación, generalmente encuentran la forma de que sus
deseos se cumplan, es decir, que deben identificarse a aquellas personas que facilitan
la gratificación inadecuada en estos jóvenes.
Cuando se
encuentra fácilmente la satisfacción de las demandas desde temprana edad se
logra reforzar la conducta de estos niños, logrando como resultado que piensen
que siempre existirá la manera de lograr todo lo que deseen, haciéndose más
compleja y perturbadora la conducta resultante.
Existen
tratamientos para resolver el problema, la Orientación Psicológica o Counseling, la psicoterapia individual o
familiar, psicoterapia cognitivo conductual y la psiquiatría entre otros, ya
sea de forma individual o conjunta.
En etapas
tempranas la psicoeducación previene que conductas desafiantes terminen en un
trastorno, siempre es mejor la terapia preventiva que el tratamiento
correctivo. En casos más graves, generalmente en jóvenes mayores el tratamiento es multidisciplinario es decir, que se lleva tratamiento psiquiátrico y psicoterapéutico.
Se recomienda que el tratamiento psicoterapéutico tenga un enfoque integrativo
de técnicas expertas de diversos enfoques como el Counseling u Orientación psicológica.
El pronóstico
del paciente es mejor mientras más temprano se atienda el problema. Cuando el
problema no se atiende, la probabilidad de que en la vida adulta se padezca un
trastorno disocial es muy alta.
El diagnostico
profesional es determinante para un adecuado tratamiento, ya que este trastorno
debe diferenciarse del Trastorno de déficit y atención ya sea con
hiperactividad o compulsividad. También debe diferenciarse de trastorno de
conducta, conocer el peso que tienen los factores biológicos, hereditarios,
problemas familiares y del ambiente del joven.
Un diagnostico
completo se obtiene a través de una serie de entrevistas psicoterapéuticas con
el joven, sus padres, incluso maestros y compañeros de escuela y pueden ser de
3 a 9 entrevistas, se deben practicar pruebas psicométricas, proyectivas,
perceptuales, neurológicas y psiquiátricas. El diagnostico puede demorar de
entre 2 a 6 semanas aproximadamente.
Después de ser confirmado el diagnostico
se procede al tratamiento psicoterapéutico que por lo general puede tener una
duración de entre 6 meses a dos años dependiendo de la gravedad, y muchos otros
factores como nivel sociocultural, ambiente familiar, red de apoyo etc.