sábado, 8 de junio de 2013

Trastorno Desafiante Oposicionista, El Extravío de la Infancia.

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En esta ocasión se expondrán algunos aspectos sobre la conducta anormal en la infancia y adolescencia. De forma específica se hablará del Trastorno Desafiante Oposicionista, este padecimiento afecta a muchos jóvenes en la actualidad entre un 12 y 16% según cifras del Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación de Psicología de América.

Desde muy pequeños, entre 2 y 3 años, los niños comienzan a mostrar conductas perturbadoras como: berrinches y pataletas si no se cumplen y satisfacen sus demandas, incluso las más simples. Con el paso del tiempo, el desarrollo del niño y su autonomía los berrinches se convierten en peleas con los padres, maestros y figuras de autoridad, además de conductas perturbadoras como escapar de casa, salir sin permiso y llegar por la madrugada, consumo de alcohol y drogas, incluso conductas sexuales riesgosas. Aunque no se consideran como criterios de diagnostico el consumo de alcohol, drogas y conductas sexuales de riesgo, estas conductas muchas veces se derivan de la desobediencia, del desafío y de la libertad sin control que experimentan los jóvenes que padecen esta condición.

La circunstancia ambiental y social actual en grandes ciudades provee de tecnología e información compleja a los jóvenes, muchas veces esta información perturba y confunde a los jóvenes ya que su grado de desarrollo cognitivo no se encuentra en un punto optimo que les permita procesar adecuadamente mucha de esta información. La información que actualmente reciben los jóvenes no es muy diferente de la que reciben los adultos, contenido violento, sexual explicito, además de conductas perversas, pueden ser percibidos por los jóvenes como “cosa normal”. Al mismo tiempo la idea que se pueden hacer sobre conseguir casi cualquier cosa que deseen de inmediato y satisfacer sus necesidades, como teléfonos celulares, smartphones, computadoras, tablets. Que ya es muy frecuente observar a niños pequeños con alguno de estos dispositivos, que conectados a internet facilitan el acceso a dicha información. Las redes sociales son otro factor de importancia cuando el uso que se da de estas es inadecuado, muchos proveedores de servicios de redes sociales advierten que se requiere forzosamente la mayoría de edad para el registro; sin embargo, muchos niños y adolecentes poseen alguna cuenta en algún tipo de red social, en donde interactúan con información inadecuada para ellos.

Con respecto a la familia, los niños y jóvenes que padecen este trastorno, refieren problemas, como el divorcio de los padres, psicopatología en alguno de los padres, problemas que generan altos niveles de ansiedad y angustia en los menores, como familias en que alguno de los padres presenta una adicción, problemas legales etc.

Se ha investigado sobre  causas que ocasionen este trastorno como condiciones genéticas o hereditarias, los resultados de los estudios han revelado que existen deficiencias en procesos bioquímicos, principalmente del proceso de la Dopamina, aunque los estudios aún no son concluyentes se ha avanzado; por ejemplo el efecto del Cortisol en los fetos durante la gestación y los niveles de estrés que derivan en TDAH Trastorno de déficit de atención e hiperactividad, también en trastorno de la conducta disocial. (En el artículo anterior se puede seguir el enlace a la entrevista de radio sobre el tema del cortisol y sus efectos durante el embarazo).

El Trastorno Desafiante Oposicionista tiene como característica principal una conducta negativa, hostil y desafiante que genera problemas familiares o escolares significativos. Este trastorno es mucho más extremo que la rebeldía común en la niñez o la adolescencia, y es más que una “etapa”.

Los niños y jóvenes tienen problemas importantes para controlar sus impulsos y necesitan de gratificación instantánea a sus demandas.

De forma más clara estos jóvenes pierden reiterada y fácilmente los limites, discuten, se niegan a hacer lo que se les pide y molestan a propósito a otras personas, son susceptibles, resentidos, beligerantes, rencorosos y con pretensiones de superioridad moral. En lugar de verse como la causa de sus problemas culpan a los demás o insisten que son víctimas de las circunstancias. Pierden el respeto por sus maestros y compañeros, es frecuente que la oposición sea más marcada con los padres que con extraños.
Es importante considerar que estos jóvenes se sientan deprimidos, incompetentes y rechazados por su misma conducta, lo que genera sentimientos profundos de tristeza y que pueden derivar en un trastorno depresivo.

En casos en donde el joven se encuentra deprimido pueden existir pensamientos suicidas incluso llegar a cometer algún acto suicida, muchas veces el intento suicida funciona como chantaje para lograr lo que desean.
Cuando existen conductas como escapar de casa, quedarse hasta tarde por las noches fuera de casa, faltar a la escuela sin permiso antes de los 13 años de edad, estas conductas pueden indicar un grado mucho más severo del trastorno y una alta probabilidad de derivar en un trastorno sicopático en la adultez.

Los jóvenes y niños que presentan esta situación, generalmente encuentran la forma de que sus deseos se cumplan, es decir, que deben identificarse a aquellas personas que facilitan la gratificación inadecuada en estos jóvenes.
Cuando se encuentra fácilmente la satisfacción de las demandas desde temprana edad se logra reforzar la conducta de estos niños, logrando como resultado que piensen que siempre existirá la manera de lograr todo lo que deseen, haciéndose más compleja y perturbadora la conducta resultante.

Existen tratamientos para resolver el problema, la Orientación Psicológica o Counseling, la psicoterapia individual o familiar, psicoterapia cognitivo conductual y la psiquiatría entre otros, ya sea de forma individual o conjunta.

En etapas tempranas la psicoeducación previene que conductas desafiantes terminen en un trastorno, siempre es mejor la terapia preventiva que el tratamiento correctivo. En casos más graves, generalmente en jóvenes mayores el tratamiento es multidisciplinario es decir, que se lleva tratamiento psiquiátrico y psicoterapéutico. Se recomienda que el tratamiento psicoterapéutico tenga un enfoque integrativo de técnicas expertas de diversos enfoques como el Counseling u Orientación psicológica.

El pronóstico del paciente es mejor mientras más temprano se atienda el problema. Cuando el problema no se atiende, la probabilidad de que en la vida adulta se padezca un trastorno disocial es muy alta.

El diagnostico profesional es determinante para un adecuado tratamiento, ya que este trastorno debe diferenciarse del Trastorno de déficit y atención ya sea con hiperactividad o compulsividad. También debe diferenciarse de trastorno de conducta, conocer el peso que tienen los factores biológicos, hereditarios, problemas familiares y del ambiente del joven.

Un diagnostico completo se obtiene a través de una serie de entrevistas psicoterapéuticas con el joven, sus padres, incluso maestros y compañeros de escuela y pueden ser de 3 a 9 entrevistas, se deben practicar pruebas psicométricas, proyectivas, perceptuales, neurológicas y psiquiátricas. El diagnostico puede demorar de entre 2 a 6 semanas aproximadamente. 

Después de ser confirmado el diagnostico se procede al tratamiento psicoterapéutico que por lo general puede tener una duración de entre 6 meses a dos años dependiendo de la gravedad, y muchos otros factores como nivel sociocultural, ambiente familiar, red de apoyo etc.