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Se comienza a sentir el ambiente navideño, se comienzan a organizar reuniones, el trabajo es mas relajado, se espera dinero extra, y existen planes para pasarla bien. ¿Qué es pasarla bien en navidad? Para muchos, es la oportunidad de estar con sus familiares y hacer una gran fiesta, en donde habrá mucha comida y bebida, para otros es una solemne y religiosa cena, para unos más un momento para dar y recibir regalos.
Como sea, la navidad es una época en que se experimentan muchas emociones exaltadas, es como si diésemos permiso a nuestro cuerpo y mente sentir con más intensidad estas emociones; emociones como gratitud, alegría, melancolía, euforia, paz, etc. incluso existen momentos reflexivos que pueden hacer sentir espiritualidad.
Existen dos tipos de emoción que se pueden notar principalmente en estas fechas una es la depresión y su contraria, la manía.
En el artículo pasado hablamos de la depresión estacional, y hoy hablare de la contraparte, la manía, o estado maniaco. Es importante conocer lo que somos capaces de hacer en un episodio o estado maniaco; por ejemplo, en estas fechas es común desear dar los mejores regalos, o la mejor cena, o tal vez sea más personal como, hacer los más grandiosos propósitos para el nuevo año, recibir dinero extra y dar el apartado para un coche nuevo sin haber pensado sobre los siguientes pagos. En fin, hay muchas formas de expresar esta emoción que es exaltada en esas fechas. De alguna manera la mente ignora los hechos pasados y la persona se siente completa, poderosa y feliz, piensa que tendrá mucha suerte, que no puede salir nada mal y que los planes resultarán perfectos (pensamiento mágico).
Pues bien, la manía es un estado emocional alterado, que puede confundir un poco, ya que se experimentan principalmente emociones que parecen positivas, como dije, alegría extrema, sensación de poder infinito etc. la gente en un episodio maniaco puede ser carismática e incluso poder contagiar a las personas a su alrededor con estos sentimientos. El estado maniaco parecería algo bueno, pero en realidad, la mente se encuentra sobreexcitada, se duerme menos horas, se busca vivir el máximo posible del día, y la persona en este estado utiliza muchas energías en sus planes lo que causa inevitablemente distracción. La persona en una fase maniaca puede llegar a sentirse grandiosa, puede pensar que puede volar literalmente, generar un milagro, crear un gran negocio, comprar la casa de sus sueños etc.
Podemos encontrar lo que se define por manía como: el sentimiento eufórico (o en ocasiones solamente irritable) y puede mostrar síntomas de grandiosidad, un lenguaje verborreico, hiperactividad y distraibilidad. El empobrecimiento del juicio crítico de la persona es tan marcado que conduce a su deterioro social, laboral; a menudo estos pacientes tienen que ser hospitalizados[1].
Las personas que experimentan este estado de euforia termina muy cansado e incluso en la mayoría de los casos después del episodio maniaco sobreviene una depresión. Esto a causa de la energía requerida durante el episodio maniaco, también es por esta razón que los episodios maniacos duran poco tiempo, al menos deben durar una semana.
La manía puede envolver a las personas en estas épocas navideñas, los ideales y las expectativas pueden ser detonadores de ideas grandiosas. Es importante mantener un equilibrio entre las emociones, ya que no por ser una emoción de alegría desmesurada quiere decir que es “muy buena”, por el contrario, este tipo de emoción puede sacar de la realidad a las personas que lo padecen (Delirio), se toman decisiones sin importar hechos anteriores, o sin considerar planes a mediano y largo plazo, tampoco se alcanzan a ver consecuencias de actos presentes, repercusiones etc.
Una forma de conocer si se tiende a ser de esta manera, es recordar y reflexionar acerca de cómo nos hemos sentido en fechas anteriores, recordar los momentos en que se han tomado decisiones sin pensar claramente, normalmente se experimenta vergüenza después de estas experiencias. Si se comprueba que se tiende a sentirse así en determinados momentos, entonces se debe tener alguna “herramienta psicológica” para evitarlo. De igual forma que detectar esta predisposición emocional, podemos encontrar en las experiencias pasadas hechos y situaciones de éxito basadas en el juicio crítico, análisis, paciencia y prudencia. Por ejemplo, planee en que invertirá sus ahorros de fin de año, planee los regalos de forma que se ajusten a su presupuesto y no a sus emociones, puede realizar una lista de propósitos de año nuevo basado en las capacidades reales personales y no en las capacidades que se desearían tener en un futuro.
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[1] Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-IV-TR. Ed. Masson. Barcelona. 2004.
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